Bodegón Parrilla en Buenos Aires Viraró
AtrásUbicado en la calle Sarmiento al 1334, Viraró se presenta como uno de los tantos bodegones en Buenos Aires que prometen una experiencia culinaria porteña clásica. Sin embargo, este establecimiento opera con una dualidad que merece un análisis detallado para cualquier comensal potencial. Alojado en el histórico edificio del Club del Progreso, un lugar que ha sido testigo de momentos cruciales de la historia argentina desde 1852, Viraró ofrece un ambiente cargado de significado que lo diferencia de otros locales. Esta atmósfera, sin embargo, es el escenario de una oferta gastronómica con opiniones marcadamente divididas.
El restaurante se estructura en dos áreas distintas, un detalle que los visitantes frecuentes destacan. La planta baja funciona como un bodegón tradicional, con el bullicio y la estética esperada, mientras que en el primer piso se encuentra el Salón Alvear, un espacio más formal y tranquilo. Esta separación permite al cliente elegir el tipo de ambiente que prefiere, un punto a favor en versatilidad. El edificio en sí, con sus salones señoriales y un patio con un gomero centenario, proporciona un marco imponente y atractivo.
El Menú a la Carta: El Refugio Seguro
Más allá de su oferta más publicitada, el menú a la carta de Viraró parece ser su punto más fuerte y consistente. Las reseñas que se centran en platos específicos suelen ser más positivas. La propuesta incluye una variedad de pastas, empanadas, pizzas y minutas que responden al canon de los bodegones porteños. Un punto que resalta consistentemente es el tamaño de las porciones: son abundantes y pensadas para compartir, una característica muy valorada en este tipo de establecimientos. Platos como la "torre de milanesa" o hamburguesas gigantescas son mencionados como opciones interesantes por aquellos que quedaron decepcionados con otras áreas de la carta. Asimismo, los postres, especialmente el clásico flan casero con dulce de leche, reciben elogios casi unánimes, siendo descritos como "excepcionales" y un cierre perfecto para una comida.
La Parrilla Libre: Un Arma de Doble Filo
La propuesta de "parrilla libre" es, sin duda, el mayor atractivo y, paradójicamente, la principal fuente de críticas negativas de Viraró. Es aquí donde la experiencia del cliente puede variar de excelente a decepcionante. A diferencia de otros tenedores libres, el sistema implementado aquí es de autoservicio para la carne y las guarniciones. Los comensales deben acercarse a la parrilla para ser servidos y buscar sus propias ensaladas y entradas. Este modelo no es del agrado de todos, ya que resta comodidad a la experiencia.
El problema fundamental radica en la inconsistencia. Múltiples testimonios señalan que la calidad de la carne es irregular. Se reportan cortes duros, secos, fríos o que parecen recalentados del día anterior. Algunos clientes han notado que la variedad prometida no siempre está disponible, con ausencias notables como la tira de asado. Otra crítica recurrente es el sabor de la carne, que según algunos comensales, queda opacado por un aceite con chimichurri que se le añade a todo, homogeneizando el gusto y restando identidad a cada corte. El valor, que según una reseña de abril de 2025 ascendía a 33.000 pesos por persona (sin bebida), se vuelve cuestionable ante la posibilidad de una experiencia deficiente.
Aspectos a Considerar del Servicio
El servicio en Viraró es otro campo de opiniones encontradas. Mientras algunos clientes han tenido experiencias excelentes, destacando la amabilidad y atención del personal, e incluso nombrando a empleados por su buen trato, otros describen a los mozos como poco atentos, especialmente en el contexto de la parrilla libre, donde tardan en traer bebidas o condimentos. Las recepcionistas, por lo general, reciben comentarios positivos por su amabilidad. Sin embargo, detalles como la ubicación de una mesa junto a una tubería ruidosa o la percepción de que el lugar está "viejo y poco limpio" por parte de algunos visitantes, indican posibles fallas en el mantenimiento y la atención al detalle que pueden afectar negativamente la visita.
Veredicto Final
Viraró no es un restaurante de fácil calificación. Su principal activo es, sin duda, su emplazamiento en un edificio de gran valor histórico y su atmósfera de bodegón clásico. Para quienes busquen una comida tradicional porteña en porciones generosas, la opción más segura parece ser optar por el menú a la carta, donde platos como las milanesas, pastas y, sobre todo, los postres, garantizan una experiencia más satisfactoria.
Los potenciales clientes deben ser extremadamente cautelosos con la oferta de parrilla libre. Si bien puede ser tentadora, la alta probabilidad de encontrar una calidad de carne inconsistente y un sistema de autoservicio que no agrada a todos, la convierte en una apuesta arriesgada. Viraró es un lugar que puede ofrecer una velada memorable por su entorno y algunos de sus platos, pero es fundamental saber qué pedir y moderar las expectativas, especialmente si el objetivo principal es disfrutar de una buena parrillada argentina.