El Club del Anti
AtrásUbicado en el barrio de Villa Urquiza, El Club del Anti no es simplemente un restaurante más; es la materialización de una filosofía. Este local es el estandarte del movimiento "Anti Gourmet", un proyecto que busca reivindicar la comida casera, abundante y sin pretensiones, en contraposición a las tendencias culinarias más sofisticadas. Por lo tanto, para analizar este lugar es fundamental entender su propuesta: no busca impresionar con técnicas complejas ni presentaciones elaboradas, sino reconfortar con los sabores más tradicionales de la cocina porteña.
Esta declaración de principios se refleja directamente en su carta, un punto que genera opiniones muy divididas entre sus visitantes. El menú es deliberadamente acotado y se centra en los pilares de cualquier bodegón que se precie: milanesas, empanadas, tortilla de papas y provoleta. Para los defensores del concepto, esta simpleza es una virtud, una garantía de que cada plato está hecho en el momento y con dedicación. Para otros, sin embargo, la falta de variedad es su principal debilidad, describiéndolo como un menú de apenas "tres platos" que puede resultar decepcionante si se busca algo más que lo básico.
La Comida: Entre el Elogio y la Crítica
Los platos que ofrece El Club del Anti son un claro ejemplo de platos clásicos argentinos. La milanesa, disponible en versiones de carne o pollo y con agregados como napolitana o jamón y queso, suele recibir elogios por su sabor y por ser servida recién hecha. Lo mismo ocurre con la tortilla y la provoleta, platos que cumplen con la promesa de ser reconfortantes y efectivos. Las empanadas también son protagonistas, destacadas por su tamaño generoso y abundante relleno, aunque algunos clientes han señalado que en ocasiones pueden resultar algo secas.
Sin embargo, la consistencia parece ser un desafío. Un plato como los buñuelos de acelga ha sido objeto de críticas específicas, con comentarios que apuntan a una falta de sabor en la masa y un acompañamiento de salsa excesivamente picante. Este tipo de detalles evidencia que, si bien la propuesta es sólida, la ejecución puede variar. La comida sale rápido de la cocina, un punto a favor para quienes buscan una comida ágil, pero esta velocidad podría, en ocasiones, afectar la calidad final de ciertos productos.
El Ambiente: Un Auténtico Buffet de Club
El local se asemeja a una confitería o un buffet de club de barrio, un espacio sencillo y sin lujos. Este ambiente despojado es perfecto para una comida tranquila entre amigos, donde la conversación fluye sin interrupciones. No es un lugar para quienes buscan una decoración cuidada o una atmósfera sofisticada; es, en esencia, un restaurante de barrio diseñado para sentirse como en casa. La atención contribuye enormemente a esta sensación, ya que el servicio es constantemente calificado como cercano, amable y eficiente.
No obstante, existe un aspecto negativo que ha sido mencionado y que puede ser determinante para muchos comensales: el olor a fritura. Un cliente reportó un persistente aroma a aceite que impregnaba el ambiente y la ropa, una característica que puede desmejorar significativamente la experiencia. Este es un factor a tener en cuenta, especialmente para las personas más sensibles a los olores en un entorno gastronómico.
Lo Bueno y lo Malo de la Experiencia "Anti"
Aspectos Positivos:
- Autenticidad: Es uno de los bodegones en Buenos Aires que defiende a ultranza la comida tradicional y sin adornos.
- Precios económicos: La relación entre precio y calidad es uno de sus puntos fuertes, ofreciendo platos abundantes a un costo razonable.
- Atención al cliente: El servicio es cálido y familiar, haciendo que los visitantes se sientan bienvenidos.
- Rapidez: La comida se sirve con celeridad, ideal para un almuerzo o cena sin demoras.
- Bebidas clásicas: La oferta de bebidas incluye opciones nostálgicas como el Amargo Obrero, un detalle que los amantes de lo tradicional valoran.
Aspectos a Mejorar:
- Menú extremadamente limitado: La escasa variedad de platos es la crítica más recurrente y puede no satisfacer a todos los públicos.
- Inconsistencia en la cocina: Algunos platos pueden ser irregulares en su preparación, como se ha señalado con los buñuelos o las empanadas.
- Ambiente muy básico: El local es funcional pero carece de cualquier tipo de atractivo estético, lo que lo define como un lugar para "no exigentes".
- Olor a fritura: La presencia de un fuerte olor a aceite en el salón es un punto negativo considerable que puede afectar la comodidad.
En definitiva, El Club del Anti es una propuesta honesta y directa. Es el lugar ideal para quien busca milanesas abundantes y una tortilla bien hecha sin preocuparse por nada más. Es un refugio para los nostálgicos de los sabores de antes y para quienes valoran la sustancia por encima de la forma. Sin embargo, no es recomendable para aquellos que esperan variedad, un ambiente cuidado o una experiencia culinaria refinada. Cumple con lo que promete: ser un bastión de la comida de bodegón, con todas las virtudes y defectos que ello implica.