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La Cacerola

La Cacerola

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Salta 490, C1074 AAJ, Cdad. Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Restaurante
7.6 (678 reseñas)

Ubicado en la calle Salta al 490, en el barrio de Monserrat, el restaurante La Cacerola se presenta como una opción con un horario de atención sumamente amplio, operando casi sin interrupciones desde la mañana hasta la medianoche. Esta disponibilidad, sumada a servicios como delivery, comida para llevar y la posibilidad de realizar reservas, lo posicionan como un punto de conveniencia para vecinos y transeúntes. Sin embargo, un análisis más profundo de las experiencias de sus clientes revela una realidad compleja y llena de contradicciones, donde la percepción del lugar oscila drásticamente entre lo cálido y lo deficiente.

Un Ambiente con Doble Cara

Al cruzar su puerta, algunos clientes han descrito el lugar como "hermoso y cálido", una percepción positiva que sugiere un esfuerzo por crear una atmósfera acogedora, típica de los bodegones en Buenos Aires. Este sentimiento se ve reforzado por menciones puntuales a un servicio amable, como el de una moza destacada por su excelente atención. Este tipo de comentarios apunta a que, en sus mejores momentos, La Cacerola puede ofrecer un entorno agradable para disfrutar de una comida.

No obstante, esta visión no es unánime. Otras reseñas pintan un cuadro completamente opuesto, con críticas severas hacia el personal. Se mencionan actitudes poco profesionales, como un cocinero "maleducado" y una cajera que, según testimonios, atiende de mala gana y despacha los pedidos de forma brusca. Esta inconsistencia en el trato es un punto crítico, ya que la experiencia de un cliente puede variar radicalmente dependiendo de quién lo atienda, convirtiendo una visita en una verdadera lotería.

La Propuesta Gastronómica Bajo la Lupa

La carta de La Cacerola parece seguir la línea de un bodegón porteño clásico, con platos que son pilares de la cocina local como milanesas, pastas y pizzas. La promesa implícita es la de una comida casera, sabrosa y reconfortante. Lamentablemente, es en este aspecto fundamental donde el restaurante acumula la mayor cantidad de críticas negativas y específicas, poniendo en duda la calidad de su ejecución culinaria.

Pastas y Pizzas: Los Puntos Más Débiles

Las pastas, un elemento central en la identidad de cualquier bodegón, han sido descritas de forma muy desfavorable. Un cliente calificó los ñoquis como "aguados" y la salsa carbonara como una preparación fallida que se asemejaba más a "huevo revuelto sobre la pasta". Estas apreciaciones sugieren problemas en la técnica y una falta de cuidado en la elaboración, resultando en platos "sin amor y sin sabor".

La pizza tampoco sale bien parada. Las críticas apuntan a que parece una "prepizza", servida fría, con una masa de baja calidad. Se ha mencionado el caso de una fugazzeta que llegó a la mesa "quemada" y con un precio considerado excesivo para el producto ofrecido. Estos comentarios recurrentes indican que, a pesar de estar en el menú, las pizzas podrían no ser el fuerte del lugar.

Milanesas y Otros Platos: Sabor Correcto, Ejecución Cuestionable

La milanesa napolitana, otro clásico infaltable, genera opiniones mixtas. Mientras que algunos comensales admiten que el sabor es aceptable, el principal problema señalado es la ejecución. Una de las críticas más contundentes habla de una milanesa que "parece haber sido aceite", describiéndola como una "bomba culinaria" por el exceso de grasa. Además, este plato en particular fue el protagonista de una espera de 50 minutos, un tiempo excesivo que desdibuja cualquier posible cualidad positiva.

Un aspecto aún más preocupante es la mención sobre la higiene del local. Un cliente observó que la cortina de separación con la cocina estaba "muy, muy sucia", un detalle que puede generar desconfianza sobre las condiciones sanitarias generales del establecimiento.

El Factor Tiempo y Precio: ¿Justifica la Experiencia?

Dos de los factores más importantes para cualquier comensal son el tiempo de espera y la relación precio-calidad, y en ambos La Cacerola parece flaquear. La ya mencionada demora de casi una hora por una milanesa con papas fritas es un claro indicativo de posibles problemas de organización o capacidad en la cocina. Como bien señala un cliente, "si estás apurado no vayas".

En cuanto al costo, la percepción general es que los precios son elevados en comparación con otros lugares de la zona, especialmente cuando se considera la calidad inconsistente de la comida y el servicio. Pagar un precio de mercado por platos que no cumplen con las expectativas básicas de sabor, presentación y cocción genera una sensación de descontento y de que la inversión no ha valido la pena.

Un Lugar de Apuestas

La Cacerola en Monserrat se encuentra en una encrucijada. Por un lado, ofrece la conveniencia de su ubicación y un horario extendido, junto con la posibilidad de encontrar un ambiente agradable y un servicio atento. Por otro, los riesgos son considerables y bien documentados por sus clientes: una calidad de comida muy irregular con fallos graves en platos básicos, un servicio que puede ser tanto amable como hostil, tiempos de espera prolongados y una relación precio-calidad que se inclina hacia lo desfavorable. Para el potencial cliente, visitar La Cacerola es una apuesta: podría tener una experiencia aceptable o, como indican numerosas reseñas, salir profundamente decepcionado.

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