Lecker Public Bar
AtrásUbicado en la concurrida Avenida Brasil de Puerto Iguazú, se encuentra un establecimiento que ha generado conversaciones y opiniones encontradas, especialmente debido a un notable cambio de identidad. Lo que muchos conocían como Lecker Public Bar, ahora opera bajo el nombre de El Gran Caminito, una transformación que parece haber traído consigo una nueva propuesta que no ha dejado indiferente a nadie, acumulando una serie de críticas que contrastan fuertemente con recuerdos más positivos de su etapa anterior.
Una Propuesta de Bodegón con Luces y Sombras
El local goza de una ventaja innegable: su ubicación céntrica. Para los turistas que recorren la ciudad después de un día en las cataratas, su localización es un punto a favor. Además, varios visitantes han destacado positivamente su ambientación, con una decoración que busca evocar el espíritu de un bodegón tradicional, y un ambiente climatizado que se agradece enormemente en el clima misionero. Sin embargo, es en la experiencia gastronómica y en el servicio donde surgen las mayores discrepancias, dibujando un panorama complejo para el futuro cliente.
La Calidad de la Comida: Un Punto de Inflexión
La carta del lugar es variada, ofreciendo desde pizzas y hamburguesas hasta platos más elaborados de la parrilla Argentina. Mientras que algunas reseñas más antiguas, de la época de Lecker Public Bar, mencionan carnes de buena calidad, pizzas sabrosas y hamburguesas bien logradas, las opiniones más recientes pintan una realidad muy distinta. Los comentarios negativos se centran, irónicamente, en los platos que deberían ser el estandarte de cualquier restaurante con aspiraciones de bodegón: las carnes.
Varios clientes han reportado experiencias decepcionantes con cortes emblemáticos como el bife de chorizo y la picaña. Las críticas apuntan a una carne insípida, presuntamente cocinada a la plancha en lugar de a las brasas, y en algunos casos, servida cruda a pesar de haberla pedido a punto. Esta inconsistencia es un factor de riesgo para quienes buscan una auténtica experiencia culinaria argentina. Un cliente llegó a calificar la comida como "horrible", una declaración contundente que refleja una profunda insatisfacción.
Las Empanadas y Otros Acompañamientos
Otro punto de fricción recurrente son las empanadas argentinas. Se ha señalado una aparente publicidad engañosa, donde se anuncian como "cortadas a cuchillo" —una técnica valorada por su calidad y textura— pero se sirven empanadas de carne picada, consideradas de menor categoría. Un comensal tucumano, provincia famosa por sus empanadas, las describió como "incomibles", lo que representa una crítica severa. Las guarniciones tampoco escapan a los comentarios negativos: desde un arroz pasado de cocción hasta ensaladas a las que les faltaban ingredientes, pasando por tablas de picada donde una porción significativa del peso prometido correspondía a grasa.
El Servicio: Entre la Amabilidad y la Lentitud Extrema
El personal del restaurante recibe elogios por su amabilidad y buena disposición, con menciones a su capacidad para atender en español y portugués, un detalle valioso en una ciudad tan turística. Sin embargo, esta cortesía se ve opacada por una queja constante y grave: la lentitud del servicio. Múltiples reseñas coinciden en que los tiempos de espera por la comida son excesivamente largos, superando los 45 minutos incluso cuando el local no está lleno. Un cliente narró cómo sus bebidas llegaron media hora antes que la comida, provocando que se calentaran para cuando pudo empezar a comer. Esta demora puede ser un inconveniente mayor para los visitantes con itinerarios ajustados.
La Relación Calidad-Precio en Cuestión
Aunque el nivel de precios del establecimiento está catalogado como moderado, las experiencias recientes sugieren que la relación calidad-precio es deficiente. Pagar una suma considerable, como los 38.000 pesos argentinos mencionados en una reseña por una tabla de carnes, y recibir un producto que no cumple con las expectativas en sabor, calidad ni preparación, genera una sensación de haber pagado de más. Este desajuste entre el costo y el valor recibido es uno de los factores que más ha afectado su reputación actual.
Un Lugar en Transición
El Gran Caminito, anteriormente Lecker Public Bar, se presenta como una opción con un potencial innegable gracias a su ubicación privilegiada y una atmósfera agradable. No obstante, las críticas severas y consistentes sobre la calidad de sus platos más representativos y la lentitud de su servicio son señales de alerta importantes. Parece ser un negocio en una fase de transición o que ha sufrido un cambio de gestión que no ha logrado mantener un estándar de calidad consistente. Para quienes buscan bodegones en Iguazú, es fundamental ponderar estos aspectos. Mientras que el ambiente puede ser atractivo para tomar una cerveza artesanal, la experiencia con la comida, especialmente si se buscan platos abundantes y sabrosos de parrilla, parece ser actualmente una apuesta incierta.