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Lo de Fito

Lo de Fito

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Mercedes 4280, C1419BGN Cdad. Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Restaurante
8.4 (1842 reseñas)

Ubicado en el barrio de Villa Devoto, Lo de Fito se presenta como una propuesta gastronómica que busca encarnar el espíritu del clásico bodegón porteño. Este tipo de establecimientos, tan arraigados en la cultura culinaria de Buenos Aires, prometen una experiencia centrada en la comida casera, porciones generosas y un ambiente familiar. Lo de Fito intenta cumplir con esta promesa, lográndolo en muchos aspectos, aunque no sin ciertas inconsistencias que los comensales deberían conocer.

La principal fortaleza del lugar, y un pilar fundamental para cualquier bodegón que se precie, es la abundancia de sus platos. Múltiples testimonios, como el de Federico Masuyama, coinciden en que las porciones son generosas, al punto de que muchos platos catalogados como individuales pueden ser compartidos perfectamente entre dos personas. Este es el caso de la bondiola, un plato destacado por su tamaño. Esta generosidad es un atractivo clave para quienes buscan una excelente relación entre cantidad y precio, un rasgo distintivo de los bodegones en Buenos Aires.

La experiencia culinaria: entre aciertos y platos estrella

La carta de Lo de Fito parece estar anclada en la tradición de la comida argentina. Entre los platos más elogiados se encuentra el bife completo, que según clientes como Alejandra Cigno, llega a la mesa en su punto justo de cocción, acompañado de papas fritas que reciben halagos por su calidad. Otro de los protagonistas es la milanesa a la napolitana, un verdadero estandarte de los bodegones, que en este caso se recomienda pedir para compartir, tal como lo hizo Vicente Romano. Esta práctica de compartir platos no solo es económica, sino que forma parte del ritual social que ofrecen estos espacios.

Las pastas también tienen su lugar de honor. Los sorrentinos de jamón crudo son descritos como "excelsos" y, un detalle no menor para los amantes de la pasta, se sirven al dente, demostrando atención en la cocina. Se suman a la oferta platos como un ossobuco a la portuguesa, descrito como súper tierno, y opciones más contundentes como un Tomahawk gigante para los fanáticos de la carne. Detalles como el pan de campo casero y caliente o unas berenjenas en escabeche de cortesía para empezar la comida suman puntos a la experiencia general, reforzando esa sensación de estar en un auténtico bodegón de barrio.

Servicio y ambiente: el calor de un clásico de barrio

Otro punto consistentemente positivo es la atención. Los comentarios destacan la amabilidad y simpatía del personal, incluso mencionando por su nombre a una de las meseras, Victoria, por su excelente trato. La rapidez y eficiencia del servicio también son un plus, asegurando una dinámica ágil incluso cuando el local está concurrido. El ambiente es descrito como el de un restaurante de club de barrio: familiar, agradable y sin pretensiones. Es un espacio que invita a la sobremesa y al encuentro, cumpliendo con la función social que históricamente han tenido los bodegones en la ciudad.

Los puntos débiles: inconsistencia y precios que generan dudas

Sin embargo, la experiencia en Lo de Fito no es uniformemente positiva, y aquí reside su principal debilidad. El comentario de Melanie Galarza expone una cara muy diferente del restaurante, una que todo potencial cliente debe considerar. Su experiencia fue decididamente negativa, señalando una porción de pollo diminuta a un precio que consideró excesivo ($20.000, según su reseña) y una milanesa con un sabor desagradable, que le pareció "vieja".

Este tipo de testimonios, aunque minoritarios frente a la mayoría de opiniones positivas, son una señal de alerta importante. Indican una posible falta de consistencia en la calidad de los productos o en la preparación de los platos. Un bodegón puede permitirse ser sencillo, pero nunca descuidado con la calidad de su comida. La discrepancia entre una milanesa elogiada por unos y criticada duramente por otros sugiere que no todos los días se mantiene el mismo estándar en la cocina. Esta variabilidad es el mayor riesgo al visitar Lo de Fito: se puede tener una cena memorable o una decepción considerable.

Platos que se destacan en la carta

Para quienes decidan visitar Lo de Fito, la evidencia sugiere que apostar por ciertos platos puede aumentar las probabilidades de una experiencia satisfactoria. Basado en las recomendaciones recurrentes, la selección debería incluir:

  • Milanesa del Club: Una versión contundente con salsa barbacoa, jamón, queso, cebolla caramelizada y huevo. Se promociona para dos, pero fácilmente comen tres.
  • Bife Completo: Un clásico de la parrilla argentina que, según los comensales, se sirve en el punto de cocción solicitado y con guarniciones de calidad.
  • Sorrentinos de Jamón Crudo: Una opción de pasta casera que destaca por su sabor y su correcta cocción al dente.
  • Bondiola a la parrilla: Reconocida por su tamaño ideal para compartir y su buena preparación.
  • Ossobuco a la portuguesa: Un plato de cocción lenta que promete una carne tierna y sabrosa.

Lo de Fito se perfila como un genuino bodegón de barrio en Villa Devoto, con una fuerte apuesta por las porciones abundantes y la comida casera. Su servicio amable y su atmósfera relajada lo convierten en una opción atractiva para una comida familiar o con amigos. No obstante, la inconsistencia reportada en la calidad de algunos platos es un factor crucial a tener en cuenta. Es un lugar con el potencial de ofrecer una experiencia gastronómica excelente y auténtica, pero que ocasionalmente puede fallar en su ejecución, dejando un sabor amargo que contrasta con la calidez que se espera de un lugar así.

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