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Restaurante Chiquilín

Restaurante Chiquilín

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Sarmiento 1599 esq. Montevideo, C1019 Cdad. Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Restaurante
8.8 (7717 reseñas)

Ubicado en la emblemática esquina de Sarmiento y Montevideo, a pasos del fervor cultural de la calle Corrientes, el Restaurante Chiquilín se erige como un bastión de la cocina porteña tradicional. Con una historia que se remonta a 1927, este establecimiento ha sabido consolidarse como un auténtico bodegón porteño, un lugar donde la promesa no es la innovación culinaria, sino la reconfortante y fiable ejecución de los clásicos de siempre. Su longevidad y alta calificación, producto de miles de opiniones, sugieren una consistencia que atrae tanto a locales como a turistas.

La propuesta gastronómica de Chiquilín es un homenaje a la comida argentina en su expresión más pura y contundente. No busca sorprender con técnicas de vanguardia, sino satisfacer con sabores familiares y, sobre todo, con porciones generosas que justifican su reputación. La carta es un claro reflejo de esta filosofía, donde la parrilla ocupa un lugar central. Cortes como el bife de chorizo, el ojo de bife y el asado de centro son protagonistas, destacando por el uso de carne de calidad, como la certificada Aberdeen Angus, que garantiza terneza y sabor. Los comensales frecuentemente elogian la calidad de la carne, un pilar fundamental para cualquier restaurante que se precie en Buenos Aires.

La Experiencia Más Allá de la Parrilla

Aunque la carne a las brasas es una de sus cartas de presentación, Chiquilín no descuida otros pilares de la cocina ítalo-porteña. Las pastas caseras son otro de sus fuertes, con platos como los sorrentinos de cordero con crema de puerros o los crepes de espinaca y queso, que reciben comentarios muy positivos por su relleno abundante y sus salsas sabrosas. Este enfoque en la abundancia es una característica esencial de los bodegones en Buenos Aires, y aquí se cumple a rajatabla. Las entradas, como las empanadas de carne o el matambre casero, junto a detalles como el humus de cortesía con panera, preparan el paladar para una comida sustanciosa.

La calidad de los acompañamientos también es un punto a destacar. Los clientes valoran positivamente detalles como las “papas fritas de verdad”, hechas con papas frescas y no congeladas, o la disponibilidad de buen aceite de oliva y aceto para aderezar las ensaladas. Estos elementos, aunque pequeños, demuestran un compromiso con la calidad que va más allá del plato principal.

Ambiente y Servicio: Un Viaje a la Tradición Porteña

El ambiente de Chiquilín es clásico y familiar. Sin grandes lujos ni pretensiones decorativas, el salón es simple, funcional y bien iluminado, creando una atmósfera acogedora. Las paredes, adornadas con fotografías y pinturas, narran parte de la rica historia del lugar, que incluso inspiró la letra del famoso tango “Chiquilín de Bachín” de Astor Piazzolla y Horacio Ferrer. Este trasfondo cultural le añade una capa de encanto y autenticidad. El servicio es generalmente descrito como ágil, cordial y eficiente, un factor clave para gestionar el alto volumen de clientes, especialmente en horas pico, cuando es común encontrar gente esperando por una mesa.

Lo Bueno y Lo Que Hay Que Saber

Evaluar Chiquilín requiere entender su propuesta. No es un restaurante para quienes buscan una experiencia gourmet o platos minimalistas. Es, en esencia, un bodegón de alta convocatoria.

Puntos a favor:

  • Consistencia y Calidad: La comida es tradicional, bien ejecutada y con ingredientes de buena calidad.
  • Porciones Abundantes: Los platos son generosos, asegurando que nadie se quede con hambre y ofreciendo una buena relación cantidad-precio.
  • Servicio Eficiente: A pesar de ser un lugar concurrido, la atención suele ser rápida y amable.
  • Ubicación Estratégica: Su proximidad a la zona de teatros lo convierte en una opción ideal para una cena antes o después de una función.
  • Higiene: Varios clientes han destacado la limpieza de las instalaciones, incluyendo los baños, un detalle que siempre se agradece.

Aspectos a considerar:

  • Precios: Algunos comensales consideran los precios “algo saladitos”. Si bien las porciones abundantes pueden justificar el costo, no es la opción más económica en su categoría. Se posiciona en un rango de precios medio-alto para un bodegón.
  • Tiempos de Espera: Su popularidad implica que, especialmente durante los fines de semana o en horarios punta, es probable que haya que esperar por una mesa. Se recomienda hacer una reserva para evitar demoras.
  • Estilo Clásico: La advertencia de “nada gourmet” es recurrente. Quienes busquen innovación o una cocina más refinada, probablemente deban buscar en otro lugar. La fortaleza de Chiquilín reside precisamente en su apego a la tradición.

En definitiva, Restaurante Chiquilín representa una apuesta segura para quien desee sumergirse en la experiencia de un auténtico bodegón de Buenos Aires. Es el lugar indicado para disfrutar de una excelente parrilla, un plato de pasta casera contundente o una clásica minuta porteña, todo en un ambiente familiar y con una historia que se respira en cada rincón. Una opción fiable que ha sabido mantener su relevancia a lo largo de casi un siglo.

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